De la nada surgiste, caprichosa, por el andanivel de mis días.
Increpando al destiempo los minutos que no fueron,
perpetuando en mis letras un prólogo a medio empezar.
Y así, fugaz y hermosa, te vi partir.
Huyendo, sin escrúpulos, del arrabal de mis brazos y
sorteando, con risas, los desvaríos de nuestro amanecer.
Y así, etérea y mía, te vi llegar.
Regresando, inquieta, de donde
nunca te habías ido.
perpetuando en mis letras un prólogo a medio empezar.
Y así, fugaz y hermosa, te vi partir.
Huyendo, sin escrúpulos, del arrabal de mis brazos y
sorteando, con risas, los desvaríos de nuestro amanecer.
Y así, etérea y mía, te vi llegar.
Regresando, inquieta, de donde
nunca te habías ido.
1 comentario:
Cuando me fui, no me alejé...
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